La abogada de familia Sofía Maraña se apoya en la plataforma change.org para recoger firmas con el fin de crear en España los Juzgados de Violencia sobre los menores tal y como obliga la LO 8/21 de 4 de junio.
Sofía Maraña es conocida por su dedicación y lucha continua por la defensa de abusos a menores ya que considera que sigue siendo una asignatura pendiente a nivel jurídico en nuestro país.
Maraña sabe que la violencia extrema que en España se ejerce sobre los menores, incluyendo el abuso sexual, es un mal que a día de hoy permanece oculto ya que en muchos casos suele producirse de la mano de los propios progenitores o entorno más cercano.
Aunque se ha avanzado mucho en la consideración de otras formas de violencia familiar, como la denominada violencia de género, la inclusión de los Juzgados especializados en violencia contra la infancia y adolescencia sigue en el aire.
La Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral a la Infancia y la adolescencia frente a la violencia, en su Disposición final vigésima, establecía un mandato al legislador para que en el plazo de un año modificara la LOPJ con el objetivo de especializar los órganos judiciales de enjuiciamiento de las causas penales por delitos cometidos sobre las personas menores de edad, ofrecer una atención integral a las víctimas, así como, la inclusión de Juzgados de Violencia contra los menores. Han transcurrido más de dos años y esta ley no se ha cumplido.
Según Maraña, tenemos una deuda pendiente con los menores víctimas de delitos que se ven implicados en un procedimiento penal o que nunca han denunciado. Está en nuestras manos salvar numerosas vidas y el futuro de los más vulnerables: nuestros hijos.
Si crees que como sociedad, tenemos la obligación de transformar conciencias y quieres ser parte de ese cambio tan necesario, te invitamos a que aportes tu granito de arena firmando esta petición y compartiéndola. Necesitamos llegar a 500.000 firmas para lograrlo.
La abogada Sofía Maraña afirma que siempre que se imparte justicia, las víctimas (en este caso los menores) recuperan su dignidad y las ganas de vivir.
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