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La violencia extrema que en España se ejerce sobre los menores en los entornos familiares y en todos los estratos sociales, incluyendo las agresiones sexuales, es un mal que permanece oculto toda vez que suele producirse de la mano de sus progenitores.

 

A mayor abundamiento, la tolerancia con formas leves de maltrato hacia los niños y niñas (el maltrato físico o emocional, los castigos físicos, humillantes o denigrantes, el abandono, descuido o trato negligente, las amenazas, injurias y calumnias...) hace que sea difícil poner el foco en esta forma de violencia y luchar de manera efectiva contra la misma. La familia es el medio natural de desarrollo psicológico de los hijos y por este motivo, la violencia intrafamiliar ejercida sobre los menores es la que mayores secuelas deja.

 

Además, manipular a los niños para que odien al otro progenitor, es otra forma de maltrato de consecuencias irreversibles, al generar en los menores diferentes trastornos diagnosticados en el DSM-5. Igualmente, maltratar a la pareja delante de los hijos, lesiona también su integridad. Los niños repetirán dicho modelo de conducta en su edad adulta. Es obvio que la negligencia familiar no tiene género.

En España, afortunadamente, hemos avanzado en la consideración de otras formas de violencia familiar, tales como la violencia de los hombres hacia las mujeres (la violencia de género) o incluso de los menores hacia los padres (hay Juzgados especializados en Menores que han sido objeto de denuncia). Sin embargo, seguimos anclados en el pasado respecto a la protección de los menores víctimas de violencia en el ámbito más íntimo. Todavía no se han creado Juzgados especializados en menores víctimas de delitos. El maltrato infantil ejercido de manera directa  (sobre los hijos) o indirecta (la ejercida sobre la madre o el padre) en el seno de las familias es el más habitual.

Los menores representan el núcleo de población de mayor vulnerabilidad. Su indefensión viene agravada en el seno de las familias por su absoluta dependencia emocional y económica hacia sus cuidadores principales, habida cuenta que se encuentra limitada su capacidad de respuesta física y psicológica, así como de autoprotección.

 

El maltrato infantil intrafamiliar representa el germen de los problemas psicólogos y psiquiátricos de los niños en su edad adulta. No se trata de un problema privado sino social. El menor deja de confiar en el mundo y en uno mismo si la persona que debe cuidarle también le maltrata.

 

Los menores que no reciben el amor incondicional de sus padres son más propensos al suicidio. En España, una media de once personas se quitan la vida cada día y en el mundo, un millón de personas se suicidan al año. Es un tema tabú del que apenas se habla en medios. El suicidio es la primera causa de muerte no natural en España, habiendo aumentado, de forma drástica, el último año entre los jóvenes de quince a veintinueve años.

 

A pesar de los avances normativos del derecho español, el Comité de Derechos del Niño, con ocasión del examen de la situación de los derechos de la infancia en España en 2018, reiteró a nuestro país la necesidad de la aprobación de una ley integral sobre la violencia contra los niñas y niños, que debía resultar análoga en su alcance normativo a la aprobada en el marco de la violencia de género del año 2004.

 

Sentado lo anterior, el despacho Maraña Abogados, fundado en octubre de 2017 por su socia titular, Sofía Maraña García, está especializado en derecho de familia y derecho penal y en especial, en el MALTRATO INFANTIL.

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El bufete trabaja con una clara vocación de servicio hacia todas las causas justas y pretende ser un referente en España en la protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia en supuestos, tales como la violencia doméstica,  las agresiones sexuales a menores y el acoso escolar.

Aunque la letrada colabora de manera habitual con otros abogados seniors especialistas en cada materia (los mejores profesionales de cada área), como cada caso sometido a su consideración es único, Sofía Maraña trabaja de manera personalizada con sus clientes sin derivar nunca los procedimientos judiciales que inicia. Es fundamental estudiar, sopesar con otros compañeros y aplicar con extrema prudencia la estrategia procesal que se adopta en cada caso, con el fin de asegurar la mejor defensa letrada.

 

Sofía Maraña desde el inicio de su carrera ha estado muy comprometida en la defensa de los más vulnerables, motivo por el cual es letrada del turno de oficio también, desempeñando el ejercicio de su profesión con gran humanidad, confianza, perseverancia y ética profesional, manteniendo un contacto directo, cercano y permanente con sus clientes.

 

La abogada cuenta con una dilatada experiencia profesional en los tribunales, desde el año 2000, y una amplia formación en Derecho con el fin de garantizar una orientación eficaz, considerando cada situación de forma individual. Derivado de la completa dedicación a su trabajo, la letrada se dedica de manera exclusiva al ejercicio de la abogacía.

 

El conocimiento y estudio diario del derecho interno e internacional de los derechos humanos, con especial atención a los Criterios y Recomendaciones de los Organismos Internacionales, hace que el despacho obtenga el máximo respeto de los órganos judiciales competentes en esta materia.

 

Consciente del delicado momento vital de quienes contratan los servicios del despacho, el bufete ofrece a sus clientes la tranquilidad y el apoyo integral que los mismos necesitan en aras a restaurar sus derechos, así como lograr que se imparta justicia. “No hay paz sin justicia, no hay perdón sin justicia” (Juan Pablo II).

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